
En un espacio dedicado al recuerdo, la memoria y la voz de quienes muchas veces quedan en el olvido, más de 100 abuelitas salmantinas se reunieron para contar sus historias de vida, llenas de experiencias, luchas y enseñanzas que han marcado el rumbo de sus familias y de la comunidad.
El encuentro, titulado “Abuelita, cuéntame tu historia”, no solo fue una celebración de sus trayectorias personales, sino un reconocimiento al papel fundamental que estas mujeres han jugado en la construcción de Salamanca. Cada testimonio fue una muestra de cómo, desde la cotidianidad, las abuelas han sido testigos y protagonistas de los cambios sociales, económicos y culturales que han transformado al municipio.
Desde relatos de infancia en un Salamanca más tranquilo, hasta historias de cómo enfrentaron la migración de sus hijos o la pérdida de seres queridos, las voces de las abuelas dejaron claro que su legado va mucho más allá de las paredes de sus hogares. Son guardianas de tradiciones, transmisoras de valores y ejemplo de resiliencia para las nuevas generaciones.
Lejos de los discursos oficiales y las cifras que suelen llenar las conmemoraciones institucionales, este espacio fue una verdadera ventana a la memoria viva de la comunidad, donde las abuelitas no solo contaron historias, sino que mostraron que aún tienen mucho que decir y enseñar.
En tiempos marcados por la violencia y la incertidumbre, estas mujeres mayores recordaron, a través de sus palabras, que la fortaleza de una comunidad también se sostiene en la memoria de quienes han resistido y construido desde el amor, el trabajo y la lucha diaria.
En sus voces habita la historia de Salamanca, esa que rara vez aparece en los informes de gobierno, pero que permanece en las sobremesas familiares, en los consejos al pie de la cama y en las recetas que pasan de generación en generación. Porque antes de las políticas públicas y las campañas de reconocimiento, ya estaban ellas, sosteniendo la vida, la familia y la esperanza.