
El fin de semana, alrededor de la 1:15 de la tarde, una ciudadana salmantina comentó ser testigo de cómo un adulto mayor fue víctima de un robo en el cajero automático del banco BBVA ubicado en Faja de Oro. Lo que parecía ser un simple retiro de efectivo, terminó en una experiencia amarga para un señor de la tercera edad que, con esfuerzo, aún trabaja para llevar dinero a su hogar.
Una ciudadana que presenció el momento decidió compartir su testimonio con la intención de hacer conciencia sobre la vulnerabilidad de los adultos mayores en los bancos.
«Una persona ya mayor, al tratar de hacer un retiro en uno de los cajeros, por extraña situación no podía. Al parecer un tipo se acercó y no sé cómo fue que le cambió su tarjeta», señaló la ciudadana.
Aseguró que el señor, visiblemente nervioso, regresó a la fila buscando entender qué había pasado. Fue entonces que la testigo, mientras realizaba su propio retiro sin problema, notó que algo no estaba bien.
«El señor se devolvió a la fila, eso me comentó muy nervioso porque no le aceptaba su NIP. Yo intenté retirar mi efectivo y sí me aceptó mi NIP y todo bien. Le comenté al señor que por qué él no podía y volvió a intentar. Creí que quizás no sabía hacerlo, pero tristemente el otro tipo le cambió la tarjeta», afirmó.
Ante esta situación decidió acompañarlo y ayudarlo. El adulto mayor, quien vestía uniforme y cargaba una mochila, lo que hace suponer que aún trabaja no sabía qué hacer. No tenía saldo para llamar a su familia y estaba completamente solo en ese momento, sin embargo, la salmantina se mantuvo firme para poder auxiliarlo, prestándole su celular.
«Lo acompañé afuera del banco y muy nervioso no sabía qué hacer. Me ofrecí a ayudarlo y no traía saldo para hablarle a sus familiares. Marcó de mi celular, le puse una recarga para que pudiera meterse a su aplicación, pero esta el hombre que le robó ya había retirado todo el dinero de la tarjeta y no habían pasado ni 15 minutos…», señaló.
A pesar del calor y de tener a su familia esperando en la camioneta, la testigo permaneció con el señor hasta asegurarse de que su familia llegara.
«Me retiré porque traía a mi familia y se encontraban en la camioneta, y estaba el calor insoportable. Solo me aseguré que su familia llegara con él, ya que se encontraba muy nervioso… Ojalá que estas personas puedan solicitar video en el banco para que publiquen la cara de este hombre sin corazón que cree que la vida no le cobrará este daño tan grande que le hizo a este pobre señor, que a pesar de su edad se esfuerza por llevar un salario a su casa», finalizó.
Es importante mencionar que este hecho no es aislado, ya que los adultos mayores enfrentan barreras tecnológicas, inseguridad y la confianza que muchas veces depositan en desconocidos. Por eso, acompañarlos al banco o al cajero automático es una forma concreta de cuidarlos.
También es fundamental que las instituciones bancarias refuercen las medidas de seguridad en sus instalaciones y den seguimiento a este tipo de incidentes a través de sus cámaras de vigilancia.