
La fractura al interior de la administración del alcalde César Prieto se hizo evidente este viernes durante la Décimo Octava Sesión Ordinaria del H. Ayuntamiento, cuando el síndico Gerardo José Aguirre Cortés y el regidor Juan Ortega Gasca —ambos integrantes de la fracción de Morena— votaron en contra del Programa de Gobierno Municipal 2024-2027.
Durante la sesión, se presentó, discutió y sometió a votación el documento que establece los ejes rectores del gobierno municipal para el presente trienio. Sin embargo, la discusión se tensó luego de que la fracción del Partido Acción Nacional criticara duramente el contenido del programa, asegurando que fue entregado con meses de retraso y calificándolo, incluso, como un trabajo “propio de un alumno que aún no concluye la universidad”.
Lo que sorprendió fue que la inconformidad no sólo vino de la oposición, sino también de integrantes del mismo partido en el poder. Aguirre y Ortega rompieron filas con el gobierno municipal al manifestar abiertamente su rechazo al plan propuesto, dejando claro que el respaldo unánime que alguna vez tuvo César Prieto hoy está debilitado.
Aunque la propuesta fue finalmente aprobada por mayoría, el voto disidente dentro de Morena envió una fuerte señal de distanciamiento político, lo que podría anticipar nuevos movimientos internos o deserciones en los próximos meses.
En entrevista, el alcalde César Prieto intentó restar importancia al hecho, señalando que “respeta la opinión de todos los miembros del cabildo”. Sin embargo, no ocultó su molestia por la postura de quienes, hasta hace poco, eran considerados cercanos colaboradores suyos. Dejó entrever que el rompimiento podría estar relacionado con la salida del ex secretario del Ayuntamiento, Guillermo García Flores, sugiriendo que su figura sigue generando fidelidades paralelas dentro del equipo morenista.
Al preguntarle si habrá cambios en el gabinete o en la conformación política del Ayuntamiento, Prieto se limitó a responder que “son cosas que pasan” y que cada quien tiene sus motivos para tomar decisiones. Lo cierto es que la unidad que presumía la actual administración parece haber entrado en una fase de desgaste político interno.