Esta enfermedad se reconoce como una condición médica o cerebral y un trastorno, más que una cuestión de voluntad.
Los focos de alarma para sospechar que alguien padece depresión es que por lo menos durante dos semanas la persona presente tristeza y anhedonia, es decir, que pierde el interés en realizar actividades que anteriormente eran placenteras o llamaban su atención.
Además, se pueden presentar otros síntomas cognitivos asociados a la percepción que se tiene de uno mismo, de las personas que se encuentran alrededor, del mundo o del futuro, ya que solo se consideran cosas y experiencias negativas y se tiene un panorama de desesperanza.
También se pueden tener síntomas físicos como menor energía, falta de concentración, alteraciones de sueño y del apetito que se puede ver reflejado en la variación del peso corporal durante el último mes.
El síntoma más grave es la existencia de ideas suicidas, ya que entre 70 y 90 por ciento de los suicidios se asocia con depresión.
En algunos casos se puede presentar trastorno depresivo mayor que se caracteriza porque la persona no se levanta, no se baña, no quiere socializar, se aísla y empieza a tener ideas de muerte o hasta alucinaciones. Si este trastorno es recurrente, de difícil tratamiento o resistente a éste se puede convertir en una enfermedad discapacitante.
Para tratar esta enfermedad que se puede remitir o curar como tal y, en algunos casos, solo controlarse es fundamental la valoración adecuada, ya que el tratamiento depende del nivel de gravedad.
Si te sientes estresada o estresado, triste o con alguna alteración emocional, no esperes a que el problema avance, puedes recibir apoyo emocional u orientación en la Línea de la Vida al 800 911 2000o consultar el sitio web de coronavirus en https://coronavirus.gob.mx/salud-mental/, donde podrás encontrar información sobre salud mental y otras líneas de atención.
Para evitar la depresión, es recomendable realizar tareas programadas, establecer horarios para dormir y despertar, así como de alimentación. Además, actividades lúdicas, ejercicio y mantener el contacto con amigos y familiares a través de diferentes tecnologías.
- Fuente: Entrevista al especialista en Psiquiatría adscrito a la Clínica de Trastornos Afectivos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF), Hiram Ortega Ortiz.