La tiroides es una glándula que se localiza en la parte delantera del cuello, tiene forma de mariposa y su función es secretar las hormonas tiroideas que son esenciales para que el cuerpo pueda utilizar la energía, contribuyen en la regulación de la temperatura corporal y a que diversos órganos como el cerebro, músculos y corazón funcionen adecuadamente.

La enfermedad de Hashimoto o tiroiditis de Hashimoto afecta esta glándula y ocurre cuando el propio sistema inmune produce anticuerpos que la atacan y ésta pierde la capacidad de producir suficientes hormonas generando hipotiroidismo.

Esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a las mujeres, con antecedentes familiares de enfermedad de la tiroides y trastornos autoinmunes; comienza lentamente y pueden pasar meses o años antes de que sea detectada.

Los síntomas de esta enfermedad puede ser: estreñimiento, dificultad para concentrarse, piel seca, bocio (agrandamiento de la glándula tiroides), fatiga, pérdida del cabello, aumento de peso, menstruación irregular e intolerancia al frío.

Esta enfermedad se diagnostica a través de un análisis de sangre en el que se obtienen los valores de hormonas tiroideas y de anticuerpos.

Este padecimiento se trata mediante terapia sustitutiva de hormona tiroidea debido a que el cuerpo no produce suficiente cantidad de esta hormona que es esencial para el metabolismo.