
A pesar de algunos gestos simbólicos de inclusión, la población LGBT+ de Salamanca continúa enfrentando abandono institucional, discriminación cotidiana y la ausencia de políticas públicas que respondan a sus necesidades reales. Así lo advirtió Quino Mars, activista local, quien recalcó que la creación de la Unidad de Diversidad Sexual y de Género no debe verse como un logro aislado, sino como el inicio de un trabajo profundo que sigue pendiente.
“Primeramente, lo que se busca es transformar la realidad de las personas LGBT aquí en Salamanca, proteger los derechos individuales de cada una de las personas de nuestra población y contribuir a una cultura del respeto, de la inclusión, abonar a la erradicación de la violencia, todo esto desde una perspectiva de derechos humanos”, señaló.
Explicó que esta unidad dependería directamente de la jefatura de derechos humanos en el municipio y trabajaría con otras dependencias.
“El objetivo principal es tener un punto de atención donde estas problemáticas se pudieran atender de manera óptima y crear junto con otros organismos campañas de prevención tanto de salud como de seguridad, capacitar a las personas que elaboran dentro del ayuntamiento para que creen esta nueva perspectiva”.
Aseguró que la creación de este espacio representa una deuda histórica.
“Durante años hemos sido silenciades y es tiempo de que nuestras voces se escuchen, que tengan una participación y que al final se pueda abonar para que Salamanca refuerce este compromiso con los derechos humanos”.
Mars fue claro al señalar que aún hay mucho trabajo por hacer, pues históricamente la comunidad ha sido relegada.
“No ha habido anteriormente ningún organismo que vigile o esté atento a las problemáticas que tenemos como comunidad. Se busca incidir en la reducción de casos de violencia y discriminación que muchas veces no son identificadas porque la gente no denuncia”.
También mencionó la necesidad de mejorar el acceso a la justicia y de contar con servidores públicos más sensibles.
“Esa es una de las barreras con las que más nos hemos enfrentado estos últimos años. Necesitamos espacios públicos más seguros, una mejor calidad de vida para las personas LGBT+ de la tercera edad, que han vivido en rezago también en la parte laboral”.
Subrayó que es momento de identificar las problemáticas reales y crear políticas públicas específicas.
“Lo repito, no ha habido un organismo que se preocupe por nuestra población. Ahora que entramos dentro del grupo de atención prioritaria, es importante que esta unidad vigile y regule todas estas situaciones”.
Recalcó que esta unidad debe trabajar de forma transversal.
“Recordemos que la población LGBT está en todas las partes y necesitamos apoyo de todas las áreas: educación, seguridad, salud, vivienda, trabajo”.
Advirtió que el trabajo solo será efectivo si hay colaboración con todas las instituciones.
De manera directa, Mars afirmó que no ha habido un apoyo real del ayuntamiento hacia la población LGBT.
“Se nos han dado apoyos como la prestación de ciertos espacios para conmemoraciones, pero no se ha creado ninguna política pública que realmente impacte a nuestra población”.
Recordó que todo se ha limitado a actos simbólicos.
“No hubo un esfuerzo por integrarnos a programas sociales, darnos apoyo extra en seguridad o crear espacios seguros. Nosotres hemos tenido que llegar a proponer las ideas”.
Agregó que el proceso de creación de la unidad ha sido lento y desgastante.
“No recibimos un sueldo, tenemos que dejar nuestro trabajo para participar. Tuvimos que hacer la conexión con el gobierno del estado para que se les diera asesoramiento. Ellos solo tienen que redactar un documento y aprobarlo”.
Detalló que el reglamento fue trabajado por los tres colectivos y establece fechas claras: el 27 de julio la Tesorería debe presentar el presupuesto asignado, y el 26 de agosto aprobar el Programa de Diversidad.
Finalmente, Quino Mars se comprometió a un trabajo real si llega a encabezar la unidad.