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B i ó s f e r a ( Kuxtal / Yolistli )

Alfonso Díaz Rey

Tiempo de solidaridad y reflexión

Los recientes eventos meteorológicos y geológicos, ocurridos en nuestro país durante el pasado mes de septiembre nos recordaron lo frágil que somos y ubicaron en un primer plano la solidaridad con nuestr@s compatriotas que fueron afectados por esos fenómenos naturales.

Del mismo modo, han dejado constancia de la solidaridad de nuestro pueblo. Prueba de ello fue la respuesta de la gente ante esos fenómenos que han causado devastación, dolor y, desgraciadamente, muerte.

El evento qué contó con más cobertura informativa fue el sismo del pasado 19 de septiembre y pudo advertirse que, antes que cualquier organismo oficial, millares de mujeres y hombres, la mayoría jóvenes, se hicieron presentes en los lugares donde los efectos del temblor fueron más devastadores, para entregar desinteresadamente su esfuerzo y su sudor

en apoyo de quienes sufrieron las peores consecuencias del fenómeno natural. Tal forma de entrega confirma que la solidaridad, lo mismo que el amor, se mide en latidos de corazón.

Las escenas de los momentos que siguieron al fenómeno natural muestran la nobleza de nuestra gente cuando enfrenta situaciones de este tipo, independientemente de la actuación de instancias gubernamentales, más decidida que éstas y, sobre todo, desinteresada; lo que demuestra lo valiosa y necesaria que es la participación del pueblo ante los grandes desafíos.

Ante la prioridad de la vida, el pueblo ha hecho a un lado posiciones políticas, sociales, ideológicas y religiosas para trabajar como un solo equipo con objeto de superar los efectos de esta grave y trágica contingencia.

Tal actitud del pueblo contrasta con la lentitud de las instancias oficiales que parecieran más interesadas en posar para las cámaras, hacer proselitismo político con demagógicas declaraciones y simular que hacen su trabajo. Ello muestra la poca valía de quienes ocupan el poder político y económico del país.

Es de lamentar que los medios de comunicación, veladamente, difundan mensajes que induzcan al conformismo y a la inmovilidad social cuando llaman a olvidar diferencias y posiciones políticas e ideológicas para trabajar como un solo equipo con las instancias oficiales y esperar por el cumplimiento de las promesas que para la ocasión hacen quienes nos gobiernan.

También es lamentable y reprobable la actitud de los medios de comunicación para comerciar con el dolor y la angustia de la población. No dudan en fabricar mentiras en busca de ventajas mercantiles.

Lo mismo podría decirse de partidos políticos, personajes de esos grupos y del gobierno que aspiran a altos puestos públicos o continuar en ellos para seguir viviendo con cargo al erario y mantener el actual estado de cosas.

En fin, el ambiente actual en el país ha creado un caldo de cultivo ideal para que el grupo en el poder, con la utilización de todos los mecanismos a su alcance y el empleo generalizado del engaño y la mentira, intente fragmentar aún más a la ciudadanía para fortalecerse ideológica y políticamente, no obstante fueron los primeros en hacer un llamado a la despolitización de la situación actual.

Sin embargo, ante la inacción e indecisión oficiales y la manipulación que desde esas instancias y sus aliados se lleva a cabo, también es evidente el surgimiento de variadas formas de organización independiente de la gente para la creación de instancias de autoayuda, continuación de labores de salvamento y rescate, la exigencia de apoyo expedito, eficaz y eficiente; y la asignación y utilización transparente de recursos, entre otras.

Es cierto que estos son momentos de solidaridad, pero también lo son de reflexión.

Lo esencial en estos instantes es apoyar a nuestr@s herman@s para superar y recuperarse de esta tragedia y reconstruir este país.

Las diferencias y distintas formas de pensar y ver el mundo y la realidad van a persistir, simplemente porque las crea y estimula el sistema que defienden esos que llaman al olvido e insisten en imponer sus ideas. Temen que a través de la solidaridad el pueblo tome conciencia de su verdadera fuerza.

Por ello la reconstrucción del país implica continuar con la organización civil para remover y aun demoler todo aquello que impide u obstaculiza el desarrollo y bienestar de nuestro pueblo. Es urgente reflexionar y crear un ambiente nuevo en todos los aspectos.

Salamanca, Guanajuato, 1 de octubre del 2017.

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