Mientras que las decoraciones navideñas están destinadas a alegrar, algunos elementos básicos pueden hacerte más daño que bien.
1. Las plantas que exhibes son venenosas
Contrariamente a la creencia popular, las noche buenas (flores de pascua) probablemente no son tóxicas. Una revisión en el Western Journal of Emergency Medicne encontró que solo alrededor del 3% de los niños que las comen desarrollan algún síntoma, y es probable que incluso en los animales no tenga efecto alguno en la salud.
Tu mayor preocupación debería ser sobre las bayas. Estas se ven lo suficientemente inocentes para los niños, pero solo 5 pueden provocar vómitos y calambres abdominales en ellos porque contienen compuestos llamados saponinas. Las frutas de cereza agridulces y de Jerusalén también pueden causar problemas gastrointestinales e inclusive ser fatales para los niños.
“Nunca es demasiado cuando se trata de cuidar el lugar de exhibición de las flores y plantas de cualquier tipo, porque representan riesgos de asfixia”, dice la experta en seguridad infantil Debra Holtzman, autora de The Safe Baby. “Cuidado con las bayas que se caen al piso”.
2. Nunca revisaste tu guía de luces navideñas
Las luces navideñas y otras luces decorativas causan un promedio de 150 incendios cada años. Según la Fundación de Seguridad Eléctrica Internacional. No hay necesidad de temer a las guías de luces, siempre que tomes las precauciones adecuadas.
“Cuando usas luces eléctricas, solo usa las que se reconocen por su seguridad”, die Holtzman. Asegúrate de que tengan la marca de listado UL, lo que significa que los ingenieros de terceros le dieron el sello de aprobación para el riesgo de incendio, descarga eléctrica y otros peligros. La etiqueta también puede decirte si es seguro utilizarlas en el exterior.
Una etiqueta UL verde significa que solo se puede usar en interiores, pero una roja es señal de que puedes colgarla también al exterior.
3. Tus baterías no son seguras
Las decoraciones pequeñas y llamativas como las joyas navideñas iluminadas y las velas que funcionan con pilas pueden contener “pilas de botón” de litio. Si los niños encuentran y se tragan una de esas pilas pequeñas y redondas, podrían atascarse en su esófago.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, la corriente eléctrica tiene una reacción química con la saliva que podría dañar seriamente el estomago de un niño en tan solo 2 horas. Mientras un dispositivo use tornillos para mantener el compartimiento de la batería cerrado, tu hijo no podrá sacarlas, dice Holtzman.
“Para los que no tienen tornillos en la parte posterior, usa cinta adhesiva para mantener los compartimientos cerrados”, dice ella.
4. Dejas que tu árbol se seque
Cada año, los departamentos de bomberos responden a unos 210 incendios relacionados con árboles de Navidad, según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios. Y si bien eso significa que las probabilidades de que tu árbol se incendie no son tan altas, el daño podría ser peor si algo sucede.
Uno de cada 31 incendios de árboles de Navidad es mortal, mientras que solo uno de cada 144 incendios totales de hogares mata a alguien dentro, según la Administración de Incendios de Estados Unidos. La mayoría son causados por problemas eléctricos o por poner un árbol demasiado cerca de una fuente de calor, pero también hay otros pasos que puedes tomar.
Un árbol bien regado no es un riesgo, pero uno seco es más propenso a incendiarse. Holtzman sugiere que debes comprar un árbol fresco y luego cortar un pedazo de la parte inferior del tronco antes de instalarlo para ayudarlo a absorber el agua.
5. No planeas la colocación de los adornos
Los niños, e incluso las mascotas pueden verse tentados a tirar de los adornos que están muy cerca del piso, así que coloca los frágiles hacia la parte superior. Si las manos pequeñas derriban las esferas de vidrio, éstas pueden romperse y dejar pedazos que pueden lastimar a tus hijos.
“Siempre es una buena idea no tenerlos al alcance especialmente las antiguas reliquias”, dice Holtzman.
6. Tienes una cosa por los bastones de caramelo falsos
Nunca pondrías un adorno de bastón de caramelo falso en tu boca, pero un niño podría confundirse. “Evita que los adornos que parecen dulces o alimentos puedan tentar a un niño”, dice Holtzman. Algunas decoraciones podrían contener plomo o cadmio, lo que podría ser venenoso si tu hijo intenta comerlas.
7. Quieres tener velas encendidas todo el tiempo
Probablemente te sientas tentado a usar esa vela carísima de navidad que compraste en la tienda del centro comercial, pero recuerda que aunque huele bien y da un brillo acogedor, una vela sigue siendo una llama abierta. Según los datos de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, los días principales para los incendios de velas son Navidad, Año Nuevo y Nochebuena.
Ya sea que estés agregando algo de ambiente o encendiendo una menorá, trata una vela como si fuera un peligro de incendio. Nunca pongas una en un árbol de Navidad, y asegúrate de soplarla cuando dejes la habitación, sugiere Holtzman.
“Si decides usarlas, mantenlas en una superficie estable y resistente al calor donde los niños no puedan alcanzarlas o golpearlas”, dice. Mejor aún, quédate con una vela de pilas en lugar de una llama real.
8. Tus decoraciones son un peligro de asfixia
No le das a los niños pequeños juguetes con partes pequeñas que podrían tragarse, así que tampoco dejes peligros de asfixia en la casa. Es posible que los niños quieran llevarse a la boca piezas pequeñas, como figuras de los peregrinos que van camino de Belén. “Son hermosos y los niños se van a sentir atraídos por ellos”, dice Holtzman. Déjalos fuera del alcance de manos pequeñas.