El clima frío del jueves jugó a favor del equipo que combate el incendiomás mortal del país en un siglo. La búsqueda de restos continuó en medio de escombros achicharrados en Paradise y comunidades aledañas. Al menos 56 personas murieron y 130 están desaparecidas por el siniestro.
El incendio de 57 mil hectáreas (148 mil acres) estaba contenido en un 40%, dijo la agencia estatal de bomberos, y bomberos lograron contener el avance de las llamas hacia zonas pobladas.
Más de 450 socorristas buscaban restos en Paradise, que fue devastado completamente, y áreas aledañas como Magalia, un pueblo boscoso de unos 11 mil habitantes en el norte de California. Muchos de los desaparecidos eran personas de la tercera edad de Magalia.
«Si este pueblo se recupera, le va a tomar mucho, muchos años», dijo Johnny Pohmagevich, quien desde hace 18 años vive en Magalia, cerca de varias casas que se quemaron.
La policía buscaba gente que seguía en sus casas para ver si necesitaba agua o alimentos.
El sheriff del condado de Butte, Kory Honea, dijo el miércoles por la noche que había 130 desaparecidos.
Al otro lado del estado, equipos seguían combatiendo incendios en el sur de California, incluyendo un siniestro de más de casi 40 mil hectáreas (98 mil acres) que destruyó más de 500 infraestructuras en Malibu y comunidades aledañas. Se reportaron al menos tres muertos.
Funcionarios del norte de California dicen que el total de casas quemadas es de casi 8 mil 800, y el sheriff dijo que la tarea de recoger restos había aumentado tanto que su oficina trajo el miércoles 287 socorristas más para este trabajo, incluyendo a soldados de la Guardia Nacional. Estos equipos estaban usando 22 perros detectores de cadáveres.
El secretario del Interior Ryan Zinke, junto con el gobernador de California Jerry Brown, visitó Paradise el miércoles y dijo que era la peor devastación causada por un incendio que ha visto.
«Este no es el momento de buscar culpables», dijo Zinke.
«Estos siniestros catastróficos están ocurriendo por varias razones». Por ejemplo, citó las altas temperaturas, árboles muertos y mala gestión forestal.
El gobernador dijo que los funcionarios necesitan aprender mejores medidas de prevención para evitar que los siniestros causen tantas muertes.