PINCHE GOBIERNO
De dónde yo vengo, decir ‘está muy pinche’ significa que algo es ínfimo, mediocre, menudo, reducido, insustancial, ridículo, inapreciable, chico, mínimo, pequeño, pues todos esos adjetivos describen a la perfección al Gobierno Municipal, donde lo más importante es presumir ‘acciones bien hechas’ que son insignificantes y falsas; por supuesto describen también al Gobierno Estatal ese que señala una supuesta ‘Grandeza’, pero claro, el Gobierno Estatal posee grandeza, si de desatención hablamos, si homicidios contabilizamos, si a ruines nombramos y es que ¡pinche gobierno! De verdad que son unos miserables, no ven el dolor ajeno y no quieren aceptar su poca sagacidad y su gran desinterés.
Por un lado tenemos a una alcaldesa tan ensimismada que no le alcanza el tiempo para servir a su pueblo y por otro tenemos a un ejecutivo estatal inmaduro, soez y hedonista; se parecen en que son panistas y en que son testigos de cómo la violencia se convierte en una forma de vida, ambos únicamente se quedan viendo cómo en la calle muchas personas han sido testigos de actos letales y tóxicos que nos dejan cada vez con menos paz y más angustia; los niños son deponentes de la sangre que se derrama en nuestro estado y en nuestro municipio; los jóvenes acostumbran a ver fotografías donde la sangre se derrama, los adultos comparten trágicas imágenes, el morbo se apodera de la sociedad y la zozobra predomina entre la gente “¿Ahora cuántos muertitos hubo?”, de eso se tratan las conversaciones familiares. ¡Lamentable!
Y mientras eso sucede el gobierno está lleno de inútiles, pusilánimes y soberbios que dirigen administraciones en donde abundan las reyertas, en el Cabildo hay una mayoría que depende de pendencias, intereses personales, nepotismo, robos, desvíos, expoliaciones y por más que lo quieran negar, la sociedad sabe qué ocurre y qué representa cada uno de esos funcionarios traicioneros que aunque pretendan comunicar lo contrario, sabemos la clase de funcionarios que son y estamos en conocimiento sus intereses pútridos que solamente evidencian que no sirven para servir, o sea no son buenos gobernantes, tan es así que podemos voltear a donde sea y ver las paupérrimas condiciones en las que se encuentra la gente, pocas oportunidades laborales, trabajos mal pagados, pésima y mediocre atención. En el Gobierno Estatal reina una patética impartición de justicia, ciudades inseguras y violentas que son desatendidas por la clase política que viaja con guardaespaldas y autos blindados, mientras a la gente común le roban su vivienda, le despojan lo poco que tiene y hasta sin tranquilidad la dejan, ante esta trama MUCHOS servidores públicos hacen caso omiso y andan como si todo va bien. ¡Qué desfachatez! El descaro que los caracteriza ya es observado por el pueblo que desgobiernan y eso los convierte en una administración inútil que sirve solamente para saquear lo que no les pertenece.
¡Pinche gobierno! ¡Pinches gobernantes y supuestos líderes!
No me sorprende, pero después de que una mayoría les ha dado un voto de confianza, siguen traicionado y dando la espalda a quien les da de comer. ¡Pinche gobierno! Insisto e insistiré.
EN SALAMANCA NOS ESTÁN MATANDO
Desafortunadamente todos los días somos testigos de hechos de alto impacto, del desinterés del gobierno, de la reprobable impartición de justicia, de estrategias inservibles. Nos damos cuenta cómo las autoridades quieren corregir cuando el error ya es recalcitrante. Somos testigos de cómo nuestra gente se va despojando de todo para entregárselo a transgresores, vividores, lacras sociales que son intocables y que con actos cobardes, tempestivamente ya destruyeron a nuestra sociedad.
Antes, yo hablaba de que nos estaban lastimando, hoy señalo que nos han derribado, comenzaron llevándose un poco, hoy ni siquiera nos dejan nada, ni la propia vida.
Crecen los casos de asesinatos, de desgracias, de extorsiones y amenazas, bajo este contexto viven muchas personas en Salamanca, me refiero a quienes prácticamente tienen negocios para solventar las necesidades de cacos que extorsionan y despojan hasta la tranquilidad, es decir, muchos emprendedores ya trabajan prácticamente para otros; ya estamos descompuestos y tal parece que nada será suficiente porque no hay siquiera interés de los distintos niveles de gobierno, ya no estamos seguros en ningún sitio, Salamanca está muriendo y no hay luz que se visualice, me siento herida, como tú, como toda la gente que no hace daño a nadie, ya no sé si deba poner un pie en la calle porque definitivamente nos están matando.
COMERCIO SALMANTINO DE LUTO
Así se vive en Salamanca, donde casi todos los días recibimos noticias desgarradoras en las que lamentablemente vemos sangre derramada, últimamente le ha tocado a nuestros comerciantes quienes han perdido el bienestar que es lo más importante y a pesar de que en múltiples ocasiones han sido víctimas, pareciera que a las autoridades no les interesa pues simplemente callan, ¿qué servidor público se ha preocupado por visitarlos? ¿Quién ha tenido un acercamiento? ¿Quién les ha dado consuelo? ¿Quién les ha brindado el apoyo? Al parecer solamente los visitan cuando se trata de ir a pedir el voto y regalar playeras durante la campaña política, pero, ahora mismo no hay quién les ayude.
En este panorama, el comercio salmantino está desfalleciendo porque muchos han optado por cerrar las puertas de los locales, pues prefieren terminar así que trabajar para miserables que les han quitado de todo, prefieren irse derrotados por la delincuencia en lugar de exponerse a una desgracia, pero, ¿Cómo entonces van a vivir? ¿De qué van a vivir? No es posible que tengan que esconderse y abandonar su actividad económica porque los gobiernos no quieren tomar las riendas del municipio y es así como esta ciudad se va quedando desolada, entre las muertes, el miedo entre inocentes y por supuesto en medio del abandono por parte de autoridades incompetentes, inútiles e ineficaces que olvidaron que están ocupando esos puestos para servir y no para servirse, ya no tengo palabras para describir este escenario de muerte, violencia y vicisitudes que deja luto, miedo y quebranto. ¡Estamos de luto otra vez!