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Corrupción merma calidad de obra pública.

Los recursos públicos dirigidos a la inversión física han aumentado en términos reales desde 2009. Pero el valor de esta inversión ha decrecido consistentemente.

“Cuando hay corrupción, se construyen obras públicas de baja rentabilidad económica o social, caras y de mala calidad” expresó Edna Jaime, Directora General del Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa, quien afirmó que “la falta de obligaciones claras de transparencia resulta en espacios de opacidad y corrupción” en la realización de la obra pública.

Por su parte, Mariana Campos, Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de México Evalúa, puntualizó que cuando hay corrupción, la obra pública pierde su sentido como instrumento al servicio del interés público y se convierte en promotor de otros intereses.

Esto lo manifestaron en la presentación de la Métrica de Transparencia en la Obra Pública (MeTrOP), una herramienta realizada por México Evalúa con la finalidad de analizar el compromiso del Estado Mexicano con la transparencia en esta materia, desde el marco normativo hasta su implementación.

La MeTrOP señala que de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto en inversión física incrementó de alrededor de 658 mil 200 millones de pesos en 2009 a más de 820 mil millones de pesos en 2014. Por el contrario, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que el valor de la misma inversión pasó de aproximadamente 866 mil 300 millones de pesos a poco más de 691 mil 800 millones de pesos en el mismo periodo. Esto significa que el dinero público erogado en obra pública no se ha invertido ni eficaz ni eficientemente, denuncia la evaluación.

“Tenemos una inversión que, en vez de sumar, le resta al crecimiento económico del país. En general, esto suele suceder cuando hay una contabilidad inadecuada del gasto o los proyectos impulsados resultan redundantes, malhechos o poco redituables. Así pasa también cuando se financia obra pública innecesaria y a costos elevados, se invierte el dinero en proyectos de baja rentabilidad social o si la infraestructura se hace para satisfacer los intereses de grupos específicos” refiere el documento publicado por México Evalúa.

En 2012, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se dio a la tarea de investigar la ejecución de 80 proyectos llevados a cabo entre 1999 y 2010. A partir de su análisis, la ASF encontró que todos habían tenido “ajustes sustantivos” durante su ejecución, tanto en montos de recursos, como en tiempos. En promedio, las obras aumentaron de precio en 36.3 por ciento y se tardaron 126 por ciento más de lo programado para concluirse. En particular, 67.5 por ciento del total de los 80 contratos tardó por lo menos un año más de lo debido, informa la MeTrOP.

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“Esta situación se debe en parte a la falta de planeación estratégica. Pero el verdadero enemigo de la obra pública de calidad es la corrupción. Este problema permea todo el ciclo de vida de los proyectos, desde la planeación y la presupuestación, hasta la ejecución y operación” refiere el análisis.

De acuerdo con la MeTrOP, con la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP), aprobada en 2015, se dio un gran paso para tener una política de transparencia general y estandarizada en muchos sectores de interés público, y en los distintos órdenes de gobierno. Sin embargo, en materia de contratos públicos, la LGTAIP mantiene un enfoque selectivo, de tal modo que las obligaciones de transparencia establecidas no son uniformes para todos los tipos de inversión y contratación.

La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para reducir la discrecionalidad en la toma de decisiones sobre la inversión pública en infraestructura “La falta de obligaciones claras de transparencia resulta en espacios de opacidad y corrupción. Por ello, es necesario poner en práctica medidas especiales de transparencia y rendición de cuentas que prevengan los riesgos intrínsecos relacionados a la realización de la obra pública” dijo la directora general de México Evalúa.

No se trata de construir por construir, sino de construir con propósito. De poco sirve incrementar la inversión si no está alineada a lo que requieren el país y su gente. Este ha sido, lamentablemente, el caso de México, denuncia la MeTrOP.

El análisis de la MeTrOP, abarca las tres grandes etapas de la obra pública: la pre-contratación (que comienza con la identificación de las necesidades de inversión), la contratación (que cubre el proceso de asignación del contrato) y la post-contratación (que incluye la ejecución del contrato y termina con la evaluación de la obra terminada y ya en operación). Así, al evaluar las tres etapas de desarrollo de obra pública, se puede tener un sustento más claro y amplio de los espacios de opacidad, rara vez evaluados, que contribuyen a las acciones de corrupción que pueden resultar en la construcción de obras innecesarias, licitaciones irregulares, obras inconclusas, etc.

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