Por: Manuel De la Torre Rivera*
El robo con violencia a la casa de un vecino, fue el incidentedisparador de la idea que se le ocurrió a otro vecino de mi calle, para juntarnos y reflexionar que se podría hacer para evitar que a alguien más le pueda ocurrir la misma desgracia y llamó por teléfono a dos compañeros de trabajo que viven en la misma cuadra, para reunirnos con ese motivo, al día siguiente en la cochera de su casa, a las 6:00 de la tarde.
El robo con violencia a la casa de un vecino, fue el incidentedisparador de la idea que se le ocurrió a otro vecino de mi calle, para juntarnos y reflexionar que se podría hacer para evitar que a alguien más le pueda ocurrir la misma desgracia y llamó por teléfono a dos compañeros de trabajo que viven en la misma cuadra, para reunirnos con ese motivo, al día siguiente en la cochera de su casa, a las 6:00 de la tarde.
El día de la reunión, después de algunas divagaciones, finalmente la esposa del más viejo dijo: Miren yo sé de algunas colonias o barrios de la ciudad de México que disponen de sistemas de seguridad comunitarios que han colocado en sus calles placas advirtiendo que en esa colonia se tienen sistemas de seguridad, por qué no me dan tiempo para investigar con una prima que vive ahí y dentro de ocho días les traigo una propuesta preliminar.
Pasados ocho días, nos reunimos a la hora anunciada, en las canchas deportivas que se ubican en la parte media de nuestra cuadra, los representantes de ocho familias de las 50 que tiene la cuadra, a pesar que con volantes invitamos a todas y todos a participar. Lo primero que hizo Mary, que así se llama la esposa convocante a la reunión, fue preguntar a los asistentes si habían invitado a sus vecinos inmediatos a la reunión y lo único que escuchamos fueron excusas, por lo que Mary replico que la seguridad depende del apoyo mutuo, cuidándonos unos conotros, pero que ella comprendía la dificultad para la comunicación por la actual fragmentación del tejido social.
Así Mary, muy pronto se fue destacando como una lideresacomunitaria natural, porque consiguió que le enviaran por internet una copia del Manual de Organización Vecinal en 8 pasos, que el Movimiento Pro-Vecino A.C. viene publicando desde febrero de 1998 en la ciudad de México. Es un panfleto de 22 páginas que contiene toda la teoría y la práctica recomendada para organizar el trabajo en equipo y así, mejorar la seguridad comunitaria y de inmediato dio lectura al segundo párrafo de la página tres que dice:
“…los vecinos tienen en sus manos la capacidad de transformar sus entornos y a través de acciones locales recuperar el sentido de comunidad y vecindad que las ciudades pierden conforme van creciendo, con ello, pretendemos generar una nueva forma de trabajar entre vecinos.” Y a continuación preguntó: ¿Cuál es la primera acción que debemos emprender para atender el problema de seguridad de nuestra calle?
Las respuestas fueron muy diversas, pero poco a poco se fue imponiendo la idea de sacar una copia del Manual para cada uno de los asistentes, para que lo lean en su casa y comenten con su familia y traigan propuestas para la próxima reunión semanal, que con esa periodicidad se acordaron las próximas reuniones, para que no decaiga el entusiasmo ya evidente.
Así, en la segunda semana ya éramos 12 asistentes a la reunión, 8 hombres y 4 mujeres esposas de 4 compañeros, lo que hizo más amena la reunión pues una mujer trajo un platón con algunos bocadillos de queso y jamón, lo cual facilitó la discusión sobre cómo organizarnos y Juan, esposo de Mary, para no quedarse atrás de su activa esposa propuso que el Manual recomienda acudir a las autoridades municipales para saber con qué tipo de apoyos podemos contar, sean de vigilancia, infraestructura o capacitación, por lo que Pedro se ofreció para ir a la Corresponsalía de Partes donde trabaja su hija a pedir información sobre requisitos para solicitar esos apoyos.