
Con motivo del tercer aniversario luctuoso de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, asesinados en Chihuahua, la Iglesia católica mexicana hizo un llamado urgente a la paz y a “Desarmar” las calles de un país marcado por la violencia.
A través de su editorial dominical, la institución subrayó que la paz no se decreta, sino que se construye desde la comunidad, recordando que la memoria de los sacerdotes impulsa el compromiso social para erradicar la violencia.
En la conmemoración, las campanas de templos en todo el país repicaron en homenaje a las víctimas. Además, se destacó la relevancia del llamado «Diálogo Nacional por la Paz», que promueve acciones de reconciliación desde distintos sectores sociales.
También se alzaron voces contra las redadas migratorias en Estados Unidos, consideradas por la Iglesia como injustas y discriminatorias.