Los puentes peatonales forman parte de la infraestructura que busca seguridad para los desplazamientos a pie, manteniendo a su vez el predominio de la velocidad rodada y en este sentido, en vialidades de basta afluencia vehicular, como lo es el bulevar Claluthier, al norte de Salamanca, se colocan estos dispositivos para ofrecer mayor seguridad sobre todo a los peatones; sin embargo, poco abonan cuando la propia ciudadanía no los utiliza y prefieren ponerse en riesgo cruzando sobre el arroyo vehicular.
Hablando de la normativa, los peatones tienen diversas obligaciones, entre ellas cruzar los carriles de circulación solo en las esquinas u otros lugares permitidos marcados en el pavimento; cruzar solo después de asegurarse de que es seguro hacerlo; transitar por las zonas destinadas para peatones, usando la mitad derecha de la misma; no entorpecer la circulación de otros peatones; usar los pasos elevados para peatones cuando existan, solo por mencionar algunos ejemplos contemplados en el Reglamento de Vialidad para el Municipio de Salamanca, Guanajuato.
No cumplir con estas disposiciones no solo nos pone en peligro, sino que constituye una falta a la normativa y esto podría tener repercusiones en caso de accidente, pues si un peatón es víctima de algún percance vial, el hecho de no haber utilizado el puente podría implicar una irresponsabilidad por no cumplir con esta obligación.
Usar los puentes peatonales no es algo que se deba tomar a la ligera, de hecho en el bulevar Clouthier los percances viales se presentan de forma constante, desde atropellados, motociclistas que son aventados, entre otros; tanto que en el lugar han perdido la vida varias personas a consecuencia de estos accidentes y motivo por el que se insta a la población a usar el puente para viandantes para contribuir como ciudadanos a mejorar la cultura vial, pero sobre todo, para no ponernos en riesgo.