Miami– Tras haber dejado un rastro de destrucción en el Caribe y obligado a cientos de miles de personas a huir de la devastación, en una de las más grandes evacuaciones en la historia estadounidense, el Huracán Irma comenzó a apalear el sur de Florida el sábado y parece estar listo para desplazarse hacia la costa oeste el domingo con mortal fuerza y furia.
El tiempo para recaudar suministros ha terminado, y en la mayor parte de la región, estaba comenzando a ser demasiado tarde para huir. Los Cayos de la Florida enfrentaron una potencial ráfaga catastrófica de vientos que alcanzaron las 125 millas por hora y una tormenta que amenazaba son inundar islas enteras.
En lugares como Marathon, en los Cayos, Aquellos que ignoraron las órdenes para evacuar sólo pueden ahora tomar refugio y esperar tras ventanas resistentes al impacto de huracanes, cortinas metálicas de contención o improvisadas barreras de madera contrachapada.
Más al norte, a manera que los pronósticos ponen a Naples, Fort Mayers y a las altamente pobladas penínsulas de Tampa Bay directamente en el camino de Irma, los funcionarios estaban frenéticamente convirtiendo escuelas y otros edificios fortificados en albergues tan pronto como las personas evacuadas pudieran ocuparlos. Los albergues se abrieron y pronto se llenaron. Otros más fueron abiertos y pronto estos se llenaron, también.
“La tormenta ha llegado”, dijo el gobernador Rick Scott, en una conferencia de prensa el sábado, señalando que 25 mil personas ya se habían quedado sin electricidad.
Scott dijo que la tormenta podría dejar caer hasta 15 pies de lluvia. “Quince pies es una medida devastadora y cubrirá nuestras casas”, dijo. “No piensen que la tormenta ha terminado cuando los vientos pierdan fuerza. La tormenta entrará con gran poder y podría matarlos”.
Irma ya ha demostrado su fortaleza en estos días, reduciendo una cadena de islas en el Caribe a sólo escombros. Ahora esas mismas islas se estaban preparando para los fuertes vientos del huracán José, el cual ha alcanzado una categoría 4, y que acaba de pasar las Islas Leeward el sábado.
El Huracán Irma había cobrado las vidas de al menos 25 personas para cuando tocó tierra en Cuba el viernes por la noche alcanzando una categoría 5, devastando todo a su paso en la costa norte de la isla. El huracán bajó a una intensidad de categoría 3 a manera que se alejaba de Cuba el sábado, pero se esperaba que recobrara fuerza antes de que su ojo tocara tierra en Florida el domingo.
Con las líneas telefónicas fuera de servicio, había muy poca información disponible sobre cómo les había ido a los habitantes de la costa en Cuba o a las empresas turísticas —un significativo impulsor económico. Los habitantes en las provincias centrales de Camagüey y Ciego de Ávila despertaron el sábado y vieron casas enteras destruidas, los techos arrancados de las bodegas y árboles caídos por todas partes.
En otros lugares, no había electricidad, mientras que el poblado costero de Caibarién estaba bajo varios pies de agua. El panorama después de la tormenta no era nada alentador, ya que la mayoría de las personas en las comunidades pequeñas a lo largo de la costa viven en edificios de una sola planta.
En Florida, a diferencia del Caribe, muchos edificios son construidos para soportar los embates de huracanes. Pero si las proyecciones de la tormenta son ciertas, más de tres millones de personas en la costa oeste de Florida le harán frente a una tormenta que podría inundar vecindarios enteros.
En días recientes, el recorrido proyectado de la tormenta parecía cambiar de la costa este a la costa oeste de Florida. Sin embargo, el sábado los modelos convergían, señalando hacia el área entre Naples y St. Petersburg.
Para funcionarios y habitantes a lo largo de la Costa del Golfo, había llegado la hora de hacer nuevos planes.
En el condado de Collier, el cual incluye a Naples, las órdenes de evacuación de último minuto fueron emitidas el viernes y el sábado. Las más de dos docenas de albergues de Collier estaban llenas para el sábado en la tarde, obligando a funcionarios a abrir otras dos docenas más, aunque advirtieron a las personas que cargaran con sus propios suministros y que abandonaran a sus mascotas. Aún estaban buscando más albergues el sábado por la noche.
El espacio era tan reducido que en un área propensa a inundarse, los funcionarios del condado les dijeron a las personas que vivían en casas de dos pisos que se quedaran en sus hogares.
“Pensábamos que estaríamos a salvo hace como unas 36 horas”, dijo un oficial del Departamento de la Policía de Naples, quien no quiso identificarse debido a que no estaba autorizado para hablar sobre la situación.
A manera que los 260 albergues que abrieron sus puertas por todo el estado se llenaban, al menos otros 70 nuevos albergues fueron abiertos en Florida el sábado. Scott les pidió a los voluntarios que ayudaran a cubrir las necesidades especiales en dichos albergues.
