Durante este año, se realizaron aproximadamente mil 550 pruebas de alcoholímetro a conductores del transporte público, con un total de siete casos positivos. Las personas que dieron positivo fueron retiradas de sus funciones de inmediato, para priorizar la seguridad de todos los usuarios del transporte.
Este operativo, que se lleva a cabo principalmente los fines de semana, busca crear un ambiente más seguro para quienes dependen del transporte público. El éxito de este operativo depende del compromiso colectivo hacia la seguridad vial.
La aceptación de estos controles ha sido positiva, sin reportes de conflictos en los puntos de revisión. Estas pruebas se realizan en paraderos donde convergen diferentes rutas, facilitando un monitoreo efectivo y responsable de los conductores.
A pesar de que el número de casos detectados es bajo, es fundamental que no haya tolerancia al consumo de alcohol en quienes operan vehículos de transporte público. Las personas que dieron positivo enfrentaron sanciones y fueron retiradas del servicio.
Además, la implementación de estos operativos ha contribuido a mantener una baja tasa de accidentes en el transporte municipal, evidenciando el impacto positivo de estas medidas en la protección de los usuarios.