El vivir en constante estrés y tensiones, pasar por la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa, literalmente nos puede “romper el corazón”, ya que al presentarse este tipo de emociones el sistema nervioso genera una carga de catecolaminas (adrenalina) que provoca una cardiomiopatía de Takotsubo, también conocida como Síndrome del Corazón Roto.

El Jefe de Cardiología del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga, Marcelo Ramírez Mendoza”, señaló que este padecimiento descrito recientemente en la literatura médica se caracteriza por un abombamiento en el ventrículo izquierdo del corazón.

Explicó que debido a la similitud de los síntomas con los de un infarto, los pacientes ingresan a las unidades de servicios cardiacos con este diagnóstico, incluso, el electrocardiograma y los análisis de sangre para identificar las enzimas cardíacas muestran resultados que confirmarían el infarto.

Sin embargo, cuando se procede a realizar un cateterismo o un ecocardiograma, se descubre que no existen lesiones típicas de un infarto, como puede ser la obstrucción de alguna arteria. “Lo que sí se observa es un abombamiento del corazón, es ahí cuando se cambia el diagnóstico al del Síndrome de Corazón Roto”.

El especialista informó que el 90 por ciento de los casos de este síndrome se presenta en mujeres entre 50 y 55 años de edad, periodo de inició de la menopausia. También se diagnostica en varones entre 65 y 67 años, adultos jóvenes, e incluso, en niños.

Asimismo, comentó al no haber daño grave en el corazón, el 95 por ciento de los pacientes logran su recuperación entre cuatro a ocho semanas, ya que solo requieren de medicamentos para controlar los síntomas como el dolor de pecho y regulación del ritmo cardíaco.

Para evitar este síndrome, así como cualquier otro padecimiento cardíaco, recomendó a la población llevar una dieta sana, no fumar y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.

La cardiopatía Takotsubo fue descrita por primera vez en los años 90 en Japón. Se le denominó así por su parecido a la vasija abombada y con el cuello estrecho, usada tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos.