- Por seguridad, peatones exigieron se respete y ponga orden a la instalación del comercio ambulante.
Un alto a la descontrolada invasión de la vía pública en Salamanca, urgieron ciudadanos de distintas zonas de la ciudad, exigiendo respuestas a la dirección de Fiscalización y Control de Comercio, pero ante todo acciones que garanticen la circulación de manera segura y sin tener que exponerse por el hecho de tener que bajar al arroyo de la calle para poder circular.
En atención a reportes ciudadanos recibidos a El Salmantino para pedir una revisión de las áreas públicas ocupadas, así como el ordenamiento de los puestos autorizados por Fiscalización y Control, al quejarse de total falta de planeación para permitir la colocación de puestos semifijos.
“Es molesto, pero es más el peligro al que nos exponemos los peatones”, por tener que bajar al arroyo de la calle para poder circular, por la ocupación de banquetas “de por sí hay calles que no reúnen las características urbanas, por lo angosto que fueron hechas y todavía permiten a los vendedores ponerse donde les viene en gana”, indicó el señor Manuel Rodríguez.
“Los que más dificultades encontramos a la circular por la calle, somos las madres de familia que tenemos que exponernos al tener que bajar la banqueta para circular, sobre todo cuando lo hacen con carriola, personas con silla de ruedas o con mochilas para ir o venir de la escuela”, comentó la señora Susana Hernández.
Los entrevistados coincidieron en señalar que Fiscalización tiene pleno conocimiento en las condiciones en que se instalan muchos puestos ambulantes, “porque diariamente inspectores visitan los puestos y nunca se les ve que hagan o les digan algo” sobre todo los vendedores de comida, porque aparte del puesto, invaden la vía pública con mesas, bancos, sillas y demás implementos, aunque no haya condiciones para ello, por lo que sorprende la tolerancia y facilidades que en algunos casos se ofrecen, agregó la ama de casa.
Los entrevistados dijeron no estar en contra del comercio, lo cuestionable es que no haya una planeación, ni modificaciones o el ordenamiento, que mejore el uso libre u seguro de calles y banquetas.