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LA REFINERA

SHEFFIELD Y LA SOMBRA DEL OPORTUNISMO: LA IMPACIENCIA DE MORENA ANTE QUIENES CAMBIAN DE BANDERA La política, con su compleja red de alianzas y traiciones, se ha convertido en...

SHEFFIELD Y LA SOMBRA DEL OPORTUNISMO: LA IMPACIENCIA DE MORENA ANTE QUIENES CAMBIAN DE BANDERA

La política, con su compleja red de alianzas y traiciones, se ha convertido en terreno fértil para quienes, como el senador Ricardo Sheffield Padilla, deciden cambiar de bandera en momentos estratégicos. Sin embargo, no todas las militancias toleran bien este tipo de migraciones. Durante una reciente asamblea de Morena, Sheffield, otrora defensor de los principios panistas, fue recibido con una cascada de abucheos que resonó con fuerza ante la mirada impasible de Luisa Alcalde, presidenta nacional del partido. La escena simbolizó el rechazo de una base morenista que no olvida ni perdona los cambios de afiliación oportunistas y que percibe en Sheffield a un hombre que, más que por convicción, llegó a Morena por conveniencia política.

Para muchos militantes de Morena, Sheffield sigue siendo, en esencia, un panista. Su largo historial como miembro del PAN, partido en el que construyó su carrera y al que defendió por años, despierta la desconfianza de quienes ven en él a alguien que, por un simple cambio de contexto, adoptó la camiseta de un partido que no representa sus verdaderos ideales. En política, portar una insignia no basta; la lealtad y la coherencia son los verdaderos valores que sostienen a quienes buscan un liderazgo sólido. Luisa Alcalde, testigo de este abucheo, parece haberse encontrado con una advertencia de la militancia: el compromiso con Morena no puede ser una mera cuestión de conveniencia, y aquellos que intenten redefinirse sin respaldo genuino pueden esperar recibir el mismo trato que Sheffield.

Para que Morena preserve su esencia y avance con una base confiada en su integridad, tendrá que aprender a discernir entre los verdaderos conversos y los oportunistas. En Sheffield, el partido enfrenta un dilema que pone a prueba su identidad: ¿tolerará los cambios de filiación cuando provengan de figuras con historias tan profundamente enraizadas en ideologías opuestas? La respuesta a esta pregunta determinará si el partido puede mantener su pureza ideológica en un entorno político tan cambiante como el actual.

LA DESCONFIANZA DE GUANAJUATO: EL DESAFÍO DE “CONFÍA” Y LA NECESIDAD DE RESULTADOS

Guanajuato, un estado marcado por la inseguridad y la ansiedad de sus habitantes, recibe ahora una nueva promesa de paz de parte de su gobernadora, Libia Dennise, quien ha lanzado el programa “Confía”. Aunque el nombre del plan sugiere esperanza y fe en las instituciones, la realidad es que los ciudadanos guanajuatenses están agotados de discursos y necesitan algo más que un lema. La iniciativa “Confía” plantea diez ejes de trabajo que abarcan desde la regionalización de la seguridad hasta la creación de un Escuadrón de Extorsión, lo cual busca atender con inmediatez los problemas específicos de cada zona. No obstante, los ciudadanos, tras años de estrategias inconclusas y fracasadas, ya no están dispuestos a confiar ciegamente.

La seguridad en Guanajuato no es una cuestión de promesas sino de realidades tangibles que se sienten en las calles, en los negocios y en la vida cotidiana. “Confía” deberá pasar por el tamiz de la prueba pública, y solo los resultados demostrables podrán revertir el escepticismo de una población que ha visto fracasar una tras otra las estrategias de seguridad. El hecho de que se cree un escuadrón específico contra la extorsión no será suficiente para tranquilizar a los comerciantes, quienes desean ver acciones concretas y efectivas. La paz no se alcanza mediante declaraciones, sino mediante una labor constante, honesta y visible que recupere la confianza perdida de un estado que clama por resultados.

Libia Dennise y su equipo deberán entender que el nombre de esta estrategia demanda una responsabilidad inmensa: no solo exige operar con transparencia, sino también cumplir a cabalidad con las expectativas de una ciudadanía exhausta. En este contexto, el “Confía” no puede ser otro eslogan vacío; debe convertirse en un ejemplo de trabajo y responsabilidad. Guanajuato no necesita ilusiones, sino un compromiso real con la seguridad y una respuesta urgente a sus necesidades más apremiantes. Si la gobernadora desea que los ciudadanos realmente “confíen”, deberá primero demostrar que su estrategia puede sostenerse en el mundo real y resistir el juicio de quienes ya no están dispuestos a ceder en su demanda de paz.

LA FRAGILIDAD DE LAS ALIANZAS: CONFLICTOS INTERNOS EN EL PAN DE SALAMANCA

Las luchas internas en la política no son un fenómeno nuevo, pero cuando se presentan dentro de un mismo partido, como ahora sucede con el PAN en Salamanca, ponen al descubierto las fracturas subyacentes que amenazan con socavar su cohesión. En este caso, la disputa se centra en la regidora Emilia Verástegui de la Garma, una figura que representa a la vieja guardia y que, en lugar de recibir el apoyo de sus compañeros, enfrenta una creciente hostilidad. Verástegui, última representante de un grupo que alguna vez dominó el partido, se ha convertido en el blanco de críticas y sabotajes internos que delatan una pugna silenciosa por el poder.

Los otros regidores, más jóvenes y ajenos al círculo antiguo, parecen ahora los depositarios de una fuerza renovadora que desplaza a aquellos que, como Emilia, antes gozaban de posiciones aseguradas. Las intrigas y las envidias han alcanzado tal nivel que los mismos panistas que alguna vez la apoyaron hoy la consideran una rival. En este contexto, el PAN enfrenta un desafío de identidad: ¿permanecerá como un bloque homogéneo o cederá ante las divisiones internas que amenazan con minar su fortaleza en Salamanca?

Las rencillas internas no solo revelan el desgaste natural de quienes se sienten relegados, sino que también exponen la dificultad de una transición generacional. Aquellos que otrora fueron compañeros leales ahora se muestran como competidores en un juego donde el poder, más que las ideas o los principios, es la meta última. El PAN deberá decidir si su estructura puede sobrevivir a la lucha intestina o si, por el contrario, caerá víctima de sus propias ambiciones. Lo cierto es que la permanencia en el poder no puede sostenerse en intrigas y desconfianzas; el partido tendrá que redefinir sus valores y sus lealtades si aspira a perdurar en un panorama cada vez más competitivo y volátil.

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