“Lo que el alcalde municipal salmantino quiso decir muy al estilo Fox”
La naturaleza humana siempre tiende inercialmente a la supervivencia tratando de derrocar al más débil o a quien aparentemente lo es, muchas veces sin razonar si realmente es o no, la cuestión es que en política la situación no es tan fácil de definir, y la labor periodística no puede nunca ser considerada como endeble.
El estado de derecho debe prevalecer aún a costa de actitudes irracionales ya que entre otros, al ser un conjunto de regulaciones con los cuales se armoniza una sociedad, se establece un parámetro y límite de las facultades que pueden tener los gobernantes.
En Salamanca comienza a resultar muy común el escuchar de actos represivos en contra de los periodistas por parte del Alcalde Arredondo y de algunos de sus subordinados como el obtuso Eduardo Ruíz Moreno, que pretenden hacer callar las voces que quieren informar conforme a su labor y sobre todo, del derecho de los ciudadanos de poder conocer lo que sucede en su ciudad, contrario al oficialista discurso de que todo va bien y que los inconformes solo son unos pocos.
Lo que se ve no se pregunta, es así que acaso es un pecado para la administración municipal que se esté informando como es debido a la ciudadanía, o sigue siendo mejor el discurso triunfalista sin sustento de una administración municipal que comienza a ser fallida.
No hay peor visión que la del ciego que no quiere ver lo que realmente sucede, y las voces ciudadanas son cada vez más insistentes en que no están satisfechos con la forma en que se gobierna por parte de quienes son los encargados de administrar el gobierno municipal.
Tal parece que la culpa en opinión de la administración municipal es de los periodistas por informar lo que sucede in situ, y de los ciudadanos por andar preguntando o queriéndose informar de lo que acontece en su ciudad.
El kamikaze en el cual se ha convertido Fuentes Serrato, lo sitúa más en un fiel lacayo que en un verdadero operador político; lo que es innegable es que trata de sostener lo insostenible, y que esto ya le causó en forma indirecta que desde su propia frontera política le cobraran una antigua deuda con la misma moneda, ojo por ojo y diente por diente, y por lo tanto quien en su momento recibió la afrenta, protegiera previamente a una ciudadana para que una vez segura ésta, se buscara justicia para un menor de edad vía una controversia legal solicitando un examen de ADN para acreditar una posible paternidad del funcionario oficial en cuestión.
No nos vayamos tan lejos, ahora resulta que quién aparece como vocero del alcalde salmantino, muy al viejo estilo de los continuos yerros del ex presidente Fox en el cual se pretextaron de una inexistente figura de un “vocero presidencial” encarnado en Rubén Aguilar Valenzuela, pero que en la voz oficial era un funcionario gubernamental, y que en la especie fue catalogado como un traductor pero que realmente tenía como su labor hacer elogios y solucionar los constantes desatinos de lo que realmente debía decir el entonces presidente y de ahí la innegable frase sexenal “lo que Fox quiso decir”, ahora se ha personificado en Salamanca en el Secretario del Ayuntamiento Fuentes Serrato, quien con una única idea fija en su mente se ha centrado en tratar de convencer haciéndolo públicamente, de la excelsa educación e inteligencia superior de su promocionado, haciendo el Secretario esfuerzos desmesurados en tratar de salvaguardar a su mentor a costa de su propia credibilidad y continuidad política, y menguando con esto el resto del liderazgo que debería por lo menos tratar de conservar el alcalde al ser éste aún el jefe político de la comuna salmantina.
La gran incógnita es, ¿qué nadie en la administración municipal parece darse cuenta del descrédito en el cual están sucumbiendo?, o simplemente es mejor pensar que la administración municipal parece ya descansar, literalmente, en el lecho y cobijo del Secretario de Ayuntamiento Fuentes Serrato y que al parecer este último trata de convencer con su estéril discurso que… ¡los salmantinos deben ser silenciados, y por lo tanto no tienen derecho a estar informados!
La labor periodística muchas veces es incómoda para los protagonistas de la nota e injusta en ocasiones para los propios reporteros, pero al final es un derecho humano que es la libertad de expresión.
Muy seguramente se palpará en el devenir de los próximos días, de qué está hecho realmente el Ombudsman guanajuatense.